Hablar en público: cómo controlar tu tono de voz

  • La mayoría que se encuentra en una presentación comete el error de sólo preocuparse por su imagen y gestos. ¡Evítalo!

Como empresarios, muchos nos tenemos que enfrentar a la incómoda situación de hablar en público. Reuniones con los empleados, presentaciones del proyecto a posibles inversores, conferencias sobre los éxitos de la compañía o información a los clientes y ferias y encuentros en los que el poder de la comunicación efectiva es fundamental.

Sin embargo, aunque la gran mayoría de los profesionales que se ven en esta situación se preocupan por preparar para la ocasión su imagen, sus gestos, el contenido de su discurso o el power point que reproducirán, lo cierto es que son pocos los que prestan atención al tono de la voz.

La importancia del tono al hablar en público

Grave error si tenemos en cuenta que la entonación, proyección, resonancia o modulación de nuestras palabras representan 38% de los elementos que intervienen en la comunicación, mientras que 55% de la información proviene del lenguaje corporal y solo 7% del mensaje verbal, según los estudios llevados a cabo por Albert Mehrabian.

¿Cómo podemos obtener un tono de voz adecuado? ¿Cómo podemos comunicar como un líder? La clave, según explica la experta Laura Sicola en una charla TED, es que exista conexión entre lo que estamos diciendo y cómo lo estamos diciendo, para evitar que se dañe la credibilidad.

El problema de que fracasemos ante el público y no consigamos transmitir correctamente el mensaje se debe a que no acompañamos el contenido y los gestos con una entonación acorde. Imagina, por ejemplo, que estás explicando a un inversor por qué debería financiar tu proyecto, pero lo haces con un tono monótono o balbuceante que no transmitirá al oyente la seguridad necesaria para apoyarlo, aunque los datos en sí sean excelentes.

Tips para dominar la entonación

Aunque cada persona tiene su propio timbre de voz, todos podemos desarrollar su uso e incluir técnicas y registros que nos permitan alcanzar lo que denomina presencia ejecutiva vocal.

¿Cómo? Los siguientes consejos contribuirán a captar el interés de la audiencia:

1. Leer en voz alta. Sí, el primer paso para dominar el tono de voz es leer el texto que hayamos preparado. El objetivo es conseguir pronunciarlo de forma natural, como si lo estuviéramos contando de forma espontánea a los oyentes, buscando el equilibrio entre una lectura inanimada y la sobreactuación.

2. Usar los picos de entonación. Las personas no solemos percibir íntegramente el mensaje, sino que nos centramos en los patrones de entonación y en los picos de entonación. Por tanto, a la hora de expresar una idea, debemos intensificar la entonación en aquellas partes más importantes.

Hay que tener cuidado con usar muletillas a modo de preguntas al final de las frases, del tipo ¿verdad?, ¿cierto?, ¿no?, porque de este modo el patrón será repetitivo, con una subida de tono al final de la frase, y estaremos enfatizando siempre las últimas palabras, sean o no importantes.

3. Adaptarse al público. Está demostrado que los individuos se sienten atraídos por aquellas conductas o características con las que se sienten identificados.

De ahí que un buen comunicador tendrá que adaptar su entonación al auditorio al que se dirige para conectar con ellos. No será el mismo tono si hablamos en una charla en un instituto que en una conferencia con directivos del mundo empresarial. La velocidad, los patrones, la entonación, etc. diferirá radicalmente.

4. Preparar la voz. ¿Por qué los cantantes realizan ejercicios vocales antes de salir al escenario? Calentar las cuerdas vocales y soltar los músculos que empleamos en el habla nos ayudarán a dominar durante todo el proceso nuestra voz.

Pronunciar el discurso con un bolígrafo entre los dientes, mover exageradamente los labios y lengua o hacer vibrar la garganta al decir ‘Mimmm’ nos harán estar preparados físicamente para hablar en público.

5. Respirar. Parece obvio, pero muchos se olvidan de coger aire durante las intervenciones, lo que les obliga a paralizar el mensaje de forma abrupta o terminar las frases sin suficiente fuerza, denotando inseguridad y ansiedad.

Practicar la respiración diafragmática en casa es una gran técnica para saber distribuir el oxígeno a nuestro antojo durante los discursos.

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